martes, 8 de abril de 2008

India vuelve a mis sentidos... Sudando.

El epopeyico regreso a India y llegada a Delhi, capital de India, ha sido mas facil de lo que presuponia. El bus a Kathmandu fueron mas horas de lo previsto, unas 10 horas, en parte debido al Kaos circulatorio a la salida de Kathmandu que nos tuvo 2 horas atascados entre camiones, autobuses y mucho mogollon. Ya en la llanura del Terai, el calor apretaba con fuerza y escapamos del fresco y las lluvias que por la tarde que acompaniaban los ultimos dias en Kathmandu.

Los ultimos 4 kilometros desde Bairawa hasta la frontera en Belahiya-Sunauli fueron en el techo de un minibus entre las mochilas, teniendo cuidado de no ser derribados por las ramas de los arboles o un cable de luz (no seria el primero ni el ultimo por ir mirando hacia atras). El paso de frontera muy rapido, gastar las ultimas 15 rupias nepalis en platanos... Y agur Nepal. Muy agusto, pero el final de Nepal en Kathmandu un poco soso y demasido guiri. Demasiado turistico y demasiada ciudad. Pero aun asi, estuvimos muy agusto, mas de lo que yo imaginaba al saber que iba a estar dos semans en la capital nepali para las visitas dentales.

Una vez pasada la frotera (totalmente legal y con los cunios puestos en el pasaporte. Sin tener que pasar a lo mojado), pillamos otro bus otras 2 horas y cuarto hasta Gorakphur. Este bus se demoro en salir hasta que estuvo totalmente repleto. Como son estos indios. Entretanto disfrutamos del final de una pelicula de Bollywood con sus largas y pastelosas canciones.
En Gorakphur, la estacion estaba llenita de gente que bloqueaba en largas colas las ventanillas de los billetes de tren. Nos toco pillar billetes en clase ordinaria, en la que los indios salen a presion por las ventanillas y las puertas de los vagones del tren, porque estaba cerrada la ventanilla de "sleeper class", en la que tienes un camastro reservado para dormir y se viaja de lujo. Aqui tocaba separacion de trayectos con Ioseba. Un abrazo, un "hasta pronto", un "buen viaje", y "ya me contaras que tal te va la pelea en el bagon lleno de indi=s". Ioseba tenia 7 horas de viaje a Varanasi. Yo 22 horas hasta Delhi. La diferencia en mi contra era importante para augurar un tragico final de viaje en mi caso.
Pero como todos los finales, a veces son mas inesperados de lo que uno piensa. En este caso, y por suerte para mi, el final fue feliz. Empezaba un poco torcido al llegar el tren con casi 3 horas de retraso a la estacion de Gorakphur. La hora prevista de salida eran las 23:45 y salio a las 2:30 de la madrugada. Teniendo en cuenta que llevaba todo el dia de viaje desde las 7 de la maniana del dia anterior, os imaginais como se me plegaban los ojos esperando en el anden 5 de la estacion. Pero los abundantes mosquitos que revoloteaban alrededor se tomaron la molestia de mantenerme despierto con los picotazos que me asestaban en todas aquellas partes de mi cuerpo que encontraban desnudas e incluso en las vestidas con tela fina. Que mania tienen las cabronas (las que pican son las hembras) para encontrar un trozo de carne donde ensrtar su aguijon chupasangre!
Y asi, entre chai y picotazos, llego por fin el tren y el momento de la verdad. Me meti en uno de los bagones de Sleeper Class, y por suerte en el segundo o tercer camarote habia dos camastros libres. Empezaba bien el intento de no ir en el bagon de los estrujados. Amontone mis dos bultos y me tumbe dispuesto a dormir como un liron. Y asi fue, cai en brazos de morfeo en menos que canta un gallo, y para mi asombro, nadie me desperto reclamando su sitio en toda la noche. Por no reclamar, ni siquiera el revisor me reclamo el billete del tren. Me desperte con el dia bien entrado con los gritos de "chai, chaiiiiiiii" que a cada rato, en cuanto amanece, bociferan por los pasillos del tren los vendedores ambulantes del tren. Estaba en la estacion de Lucknow, una gran ciudad que queda de camino a Delhi. El tren paraba alla un rato, asi que la gente aprovecha para avituallarse con todo tipo de alimentos y bebidas para el largo trayecto que todavia quedaba. En mi caso unos platanos y un chai eran suficientas. Siempre pasan por el tren con todo tipo de papeo a cada rato.
Y tan ricamente, sentado junto a la ventanilla en compania de una familia de matrimonio, hija e hijo, transcurrieron las largas horas de tren hasta Delhi. Distraido con el paisaje, dormitando con la baba colgando, bebiendo chais y comiendo samosas y garbanzos.

Eran las 19:30 al llegar a Delhi, a la estacion de Old Delhi. Yo queria ir a la estacion de New Delhi, asi que tocaba ver como. Me dicen que en metro. Voy en su busca, pregunto y me indican unas ventanillas. Pillo el ticket, y no es el metro, sino el tren. Se supone que en algun tren que lleve esa direccion me llevan. Son solo 4 kilometros. De entre las 11 vias de tren, cual elegir? Vete tu a saber. Bajo a una y me dicen que la 4 o la 11. Llega un tren a la 11 pero me dicen que tengo que ir en el sentido contrario, que en el proximo tren que llegue. Asi que espero paciente, entre los sudores que me caen por la frente y humedecen todo mi cuerpo de acarrear sobre la cabeza uno de los bultos con los que cargo debido a las compras en Kathmandu.
Observo entre aturdido y asustado la dura batalla que disputan las gentes para meterse en los bagones de clase ordinaria. Eso era lo que supuestamente me hubiera tocado a mi en el tren hacia Delhi, de no haber tenido la suerte de pillar sitio en Sleeper y que jamas apareciera un revisor que me echara de aquel que no era mi sitio. La suerte del viajero que dicen.
Tras 1 hora de espera aparece otro tren en el anden, pero lleva la misma direccion del anterior. O sea, la que no es la mia. Asi que decido echarme el petate a la cabeza y salir a buscar el dichoso metro. Salgo de la estacion, y al poco de caminar observo en la ontananza una senial de metro. Bien! Bajo las escaleras, recorro los pasillos, compro la ficha y... Al ir a pasar la valla... Error! El policia de seguridad me dice que no puedo entrar con tanto bulto, y me seniala un cartel en el que pone algo como que no se permite la entrada al metro con bultos voluminosos. No jodas hombre! Que estamos en India! En el pais en el que todo vale, todo son gentes con bultos por todos lados y donde caben tres caben dos mil, y ahora me viene con modernismos de que el metro funciona a lo occidental. Pues lo siento, pero uno ya se ha acostumbrado al "Indian Style" y no va a tragar tan facil. Le ensenio mi fichita, el sudor cayendo marron por mi frente y me dice que pase por la parte derecha. Asi que paso por una zona donde pasan las maletas por rayos, la mia se les olvida o no me ven entre la multitud, y al ir a pasar otra valla... Mi fichita no funciona. Produzco un colapso en mi fila, la gente se azora, y aparece un policia cuando intento entrar tras el de delante antes de que se cierre la vallita. Me intenta echar atras, pero de nuevo ensenio mi fichita, me ve los sudores, y con su tarjeta abre amablemente la vaya para que pase. Bien! Bajo al anden, lega el metro, y se crea un tumulto al entrar. Hay unas palabras raras que no entiendo entre la gente, y de repente un fajo de billetes en el suelo. Un hombre lo pilla tras echarse la mano al bolsillo, entra en el metro y se va a la otra esquina. En la siguiente estacion, se bajan dos tipos y entonces todos los demas comienzan a hablar, diciendo que esos tipos le habian metido la mano en el bolsillo al hombre pero se les habia caido el fardo de billetes al suelo ante los ojos de algunos de ellos. Joder como empieza la noche en Delhi! Habra que andarse con cautela.

Y asi llego a New Delhi, otra media hora caminando por callejuelas sudando hasta encontar la guest house barata que andaba buscando. Como no podia ser menos para acabar de sudar la gota gorda, me suben a una habitacion en la cuarta planta. Pero aqui si que acabo por fin el largo viaje de Kathmandu a Delhi. De capital a capital y sudo como un animal. Bultos al suelo, fuera ropas y directo al chorro de la ducha que me sabe a gloria. Aguita fresquita en chorro gordo sin alcachofa. Una ducha de agua frasca al calor de Delhi en abril le deja a uno como nuevo. Atras quedan las largas horas del viaje. Cena copiosa en el restaurantico casero del callejon, agua a borbotones y a dormir que me lo he ganado.
IRRI TA BIZI TA IRRI !!!

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